DIDACTICA MAGNA
JUAN AMÓS COMENIO
(1592-1670)
RESUMEN
Juan Amós Comenio o Komensky, figura cumbre de la didáctica e iniciador de la pedagogía moderna, fue uno de esos hombres universales que aparecen de vez en cuando en la historia de la humanidad.
De su Didáctica Magna dijo Jean Piaget que, al escribirla, “Comenio contribuyó a crear una ciencia de la educación y una técnica de la enseñanza, como disciplinas autónomas”. Así mismo afirma Piaget que “Comenio es de esos autores que no es necesario corregir para modernizarlos, sino que basta solamente con traducirlos”. Y lleno de admiración llega a decir: “La actualidad más sorprendente de Comenio está en haber asentado los fundamentos de una educación para todos los hombres y para todos los pueblos; y, lo que es más asombroso, en haber planeado la organización internacional de la instrucción pública en la forma como lo realiza hoy la UNESCO. Comenio es considerado como un gran precursor de los designios contemporáneos de colaboración internacional en el terreno de la educación, de la ciencia y de la cultura”.
De sus principales obras, él mismo dijo: “De todo lo escrito, lo que más me satisface es la Didáctica Magna”; La puerta abierta de las lenguas, el mundo ilustrado en imágenes, El vestíbulo, El atrio, El palacio, Thesaurus, y su moderno método de las lenguas.
Para Comenio, el hombre es la criatura postrera de la creación, pero al mismo tiempo la más absoluta, la más excelente de todas; su fin ésta fuera de esta vida, la cual es solo preparación para la eterna. Ahora bien, los tres grados de la preparación del hombre para la eternidad son: conocerse, regirse y encaminarse hacia Dios, tanto a sí propio como todas las demás cosas con uno mismo. Ya la naturaleza ha puesto en nosotros la semilla de los tres elementos en que se encierra la excelencia del hombre: erudición, virtud o costumbres honestas y religión o piedad. Pero esas semillas no son fruto todavía: es necesario formar al hombre y formarlo para la humanidad; para ello se precisa de la disciplina y de la enseñanza.
La formación del hombre se hace fácilmente en la primera edad, y no puede hacerse sino en esta, siendo los padres los encargados de esa incipiente formación, con la ayuda de los docentes. A la juventud de ambos sexos hay que formarla en escuelas. La enseñanza que se imparta en esta debe ser universal, enseñando todo a todos en cuanto sea posible.
El fin de la escuela es “que sea un verdadero taller de hombres”. Las escuelas no han respondido a este fin; pero pueden ser reformadas para ser mejores, y el fundamento de la reforma es procurar el orden en todo. Este orden debemos tomarlo de la naturaleza, y ha de ser tal, que ninguna clase de obstáculos pueda alterarlo. Como aprenderlo todo implica obstáculos, hay que salvar estos con ciertos fundamentos: la prolongación de la vida, la abreviación de las artes, el aprovechamiento de las ocasiones para aprender; y la afirmación del juicio.
Comenio expone los requisitos generales para aprender y enseñar con tal seguridad que necesariamente hayan de experimentarse los efectos.
No basta que la enseñanza-aprendizaje se efectué con seguridad, hay que procurar también la facilidad, para lo cual propone, siguiendo a la naturaleza, diez fundamentos. Sigue a la facilidad la solidez, para aprender y enseñar, con base también en diez fundamentos.
Para abreviar la enseñanza, propone que se persiga únicamente y sin rodeos lo que conduce directamente al fin.
Expone las condiciones que ha de tener el estudiante: Ojos del entendimiento limpios, que se le presenten los objetos, atención, y hacer deducciones; y lo que hay que enseñar: lo que se ha de saber, como cosa presente, directamente, tal y como es, de modo general y luego por partes, examinándolas sucesivamente, hasta comprender; explicando la diferencia de las cosas.
Sobre el método de las artes, este requiere previamente modelo, materia y herramientas. Dado esto, la enseñanza del arte exige uso, dirección y ejercicio, para lo cual Comenio da reglas.
El método de las lenguas debe ser el mismo para todas, teniendo como fundamento el uso más que las reglas; aprender solo las lenguas necesarias; su estudio debe ir paralelo al conocimiento de las cosas y conformarse a la edad de los alumnos.
El método de las costumbres es lo más necesario; la educación de las virtudes debe aprenderse realizando constantemente obras honestas. Siendo la piedad un don de Dios, no se puede enseñar con un método, pero se puede ayudar a discente.
Al reformar las escuelas, hemos de prescindir de los libros de los gentiles o, por lo menos, usarlos con más cautela.
En cuanto a la disciplina escolar, Comenio la considera absolutamente necesaria, pero para aplicarla hay que reconocer su fin, su materia y su forma.
Las escuelas deben estar divididas en cuatro especies, conforme a la edad y aprovechamiento: La escuela materna, en la casa del niño, para la infancia (hasta los 6 años); la escuela común, para la puericia, donde han de formarse niños y niñas de 6 a 12 años; la escuela latina, para la adolescencia (12 a 18 años, de donde deben salir los alumnos son sólidos fundamentos; y la academia, que es la escuela superior, para la juventud ( 18 a 24 años). El orden general de las escuelas ha de ser rectamente guardado.
Para comenzar la practica de este método universal, hay que llevar a la realidad sus especulaciones, evitando los obstáculos y teniendo en cuenta los “libros pan metódicos”. Comenio termina con una exhortación que abarca a todos los hombres, y una invocación a Dios.
Profr. José Rogelio Aguilar Esquivel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario